miércoles, 26 de diciembre de 2012

Dejando huella.

Era de noche, y su habitación sólo estaba iluminada por una tenue luz que no lograba alumbrar todo. Ella estaba como la noche, sola, fría y sin ninguna estrella que la pudiera abrazar. Detrás de aquella soledad, vivía una chica alegre, o eso aparentaba. De día sonreía a todo aquel que la miraba, pero de noche, la ausencia de él se apoderaba de ella. ¿Qué estará haciendo? ¿Pensará en mí? ¿Me echará de menos?. Eran las preguntas que más rondaban por su cabeza. Todas acababan igual, con lágrimas vergonzosas cayendo por sus mejillas, aquellas que él un día besó y acarició. Lágrimas mojando la almohada y su soledad, dejando huella para siempre en su corazón.

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